Hola, soy Sandra, una apasionada fotógrafa de la vida salvaje.
Los animales siempre han ejercido una atracción mágica sobre mí, incluso de niña. Mientras otros preferían jugar dentro de casa, yo siempre estaba al aire libre, con binoculares, un libro de animales y una buena dosis de ganas de viajar. Hoy vivo con mi esposo Matthias en la hermosa Selva Negra, donde no solo he encontrado un hogar, sino mi propio paraíso natural.
Para mí, la fotografía no se trata de una técnica perfecta, sino de capturar momentos auténticos: esa emoción que nos hace vibrar el corazón cuando un animal nos concede su presencia. La cámara es solo mi herramienta. La imagen es lo que crea el corazón.
Con Matthias a mi lado, la fotografía se ha convertido en un verdadero proyecto colaborativo.
Mientras me sumerjo por completo en el momento perfecto, él se encarga de todo lo que nos rodea: avista animales con binoculares, nos guía por caminos difíciles y siempre está a mi lado como mi mayor apoyo. Sin él, muchas de nuestras experiencias no serían posibles.
Nos complementamos perfectamente, en la vida y en la naturaleza.
En su tiempo libre, Matthias cambia su mundo de trajes y textos legales por binoculares, equipo para actividades al aire libre y la aventura. Juntos, descubrimos hasta los rastros más tenues de la vida silvestre, y es precisamente esta combinación de estructura y sed de descubrimiento lo que nos convierte en un equipo tan sólido.
¿Lo mejor de la fotografía? Poder compartir mi entusiasmo.
Hace unos años, gracias a un amigo, descubrí mi pasión por los talleres de fotografía. Hoy en día, imparto cursos regularmente en la Selva Negra. Estos cursos no se centran solo en aperturas, distancias focales o aspectos técnicos.
Se trata de paciencia. Respeto. Y la capacidad de darle a cada animal su espacio.
Porque sólo cuando percibimos verdaderamente la naturaleza podemos protegerla.
Ya sea en Alemania, India, Botsuana o las profundas selvas tropicales de Sudamérica, cada viaje trae nuevas historias. A Matthias le encanta capturar la inmensidad de los paisajes, mientras que yo me centro en los animales. Juntos, experimentamos la naturaleza desde dos perspectivas, y eso es precisamente lo que hace que nuestras imágenes sean tan vibrantes.
Proyectos como el Zoológico de Belice, un santuario para animales salvajes heridos o huérfanos, me son especialmente importantes. Lugares como estos demuestran la importancia de una auténtica conservación de la naturaleza y cuánto necesita nuestra atención. Solo protegiéndola podremos seguir disfrutándola.
Si desea adentrarse aún más en el mundo salvaje, no dude en explorar nuestras galerías, descubrir nuestros productos fotográficos o unirse a nosotros en un pequeño o gran viaje a la naturaleza.
Espero compartir contigo la belleza del mundo animal.





